Buena parte de la construcción de América por parte de Europa se dio desde categorías grecorromanas. Por este motivo, se suelen encontrar continuas referencias a la Antigüedad en las Crónicas de Indias, que incluyen múltiples analogías del continente americano con espacios del mundo antiguo. En el caso de Cusco, las comparaciones con Roma sobresalen desde el siglo XVI, ligadas también a las primeras transformaciones urbanas hechas por los conquistadores en el territorio inca, pensadas, en buena medida, a partir de la cultura clásica.

Ahora bien, las razones para comparar a Cusco con Roma son evidentes: ambas ciudades fueron capitales de grandes imperios e importantes centros políticos, religiosos y culturales en su momento de auge. Asimismo, tuvieron importantes desarrollos arquitectónicos e implementaron redes de extensos caminos que las conectaban con los territorios dominados. Estas similitudes fueron expuestas desde inicios del siglo XVII por Garcilaso Inca de la Vega:

“El Cusco en su imperio fue otra Roma en el suyo; y así se puede cotejar la una con la otra, porque se asemejan en la cosas mas generosas que tuvieron. La primera y principal, en haber sido fundada por sus primeros reyes. La segunda, en las muchas y diversas naciones que conquistaron y sujetaron a su imperio. La tercera, en las leyes tantas y tan excelentes que engendraron, y [que] con su buena doctrina urbana y militar criaron”. (Garcilaso, 1609, p. 21)

De igual manera, durante los siglos XVII y XVIII, el sincretismo entre lo indígena y lo castellano configuró un sinfín de elementos culturales que perviven hasta la actualidad. Las numerosas iglesias, conventos, bibliotecas, plazas y algunas calles aún reflejan el pasado indígena, amalgamado con ornamentaciones y estructuras de estilo barroco y neoclásico, característicos de la época colonial. Con esto, se sigue manteniendo el epíteto de la “Roma de América”, pues gracias a la cantidad de monumentos que contiene la ciudad, al igual que Roma, esta forma parte de los lugares declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.