El punto de partida de esta denominación es la erupción volcánica del volcán Loma Caldera, en el año 650 d.C. Al igual que en Pompeya, la erupción de este volcán sepultó completamente la ciudad bajo las cenizas. Esto ha permitido conocer cómo era la vida de los habitantes de este asentamiento. Por ejemplo, han sido localizados espacios como saunas. Sin embargo, a diferencia de Pompeya, en este yacimiento no se han encontrado cadáveres humanos, lo que implica que los habitantes huyeron a tiempo de la erupción volcánica.

Los paralelismos entre la erupción de Pompeya y la de Cerén, ocasionan que esta última sea referida en la actualidad como “la Pompeya de América”. De hecho, la importancia de este yacimiento arqueológico hizo que en 1993 fuese declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad.