Este sector alberga en su núcleo al Estadio Nacional de Chile —hoy llamado Estadio Julio Martínez—, inaugurado en 1938 como parte de una política de modernización y monumentalización del Estado chileno. Bajo la dirección del arquitecto Ricardo Müller y con asesoría del Ministerio de Obras Públicas, el estadio fue concebido no solo como un recinto deportivo, sino como un símbolo de progreso y unidad nacional.

En torno a él se concentra una serie de calles bautizadas con nombres de figuras emblemáticas de la Grecia clásica: Sócrates, Platón, Aristóteles, Pericles, Ictino y Fidias, además de otras vías cuyos nombres remiten a ciudades o lugares de la Hélade: Maratón, Ática, Epiro, Laconia, Delfos, Corfú y Arcadia.

Este homenaje helénico encuentra su centro en la Avenida Grecia. Este nombre fue oficializado en 1962, poco antes de la celebración en Chile de la Copa Mundial de Fútbol, y cuya denominación vino a reemplazar el antiguo Camino Real de Peñalolén.

La elección del nombre Grecia, en ese contexto, no solo respondió a la cercanía con el recinto deportivo por excelencia del país, sino también a la intención de evocar el legado olímpico y su origen clásico. En ese mismo marco, la comunidad griega residente en Chile donó, en la misma época, una escultura conocida popularmente en Chile como “El Pilucho”, pero que, en realidad, constituye una réplica reinterpretada del Discóbolo de Mirón