(1) Lo único que allí se encuentra es el artículo de Engel sobre unas barcas votivas de Alcolea, sin ninguna mención del busto de Serapis. GyB, 1956, p. 64, párrafo 12, de forma más extensa explica que en El Castillejo encontraron Engel y Bonsor un pozo en el que había tres figuras de mármol: «un busto de Serapis, una cabeza de hombre y una estatuilla» y proporciona como referencia el artículo de Engel que ha motivado esta nota, por lo que nos quedamos sin saber dónde se publicaron las «fouilles» que menciona García y Bellido. Bonsor en la nota 77 se refiere a su «associate» en las excavaciones de Arva y cita el mismo artículo de Engel en RA al que nos estamos refriendo, pero no en relación con el busto de Serapis, sino en conexión con las actividades que Engel había hecho en solitario; probablemente García y Bellido pensó que allí se habría referido Engel al hallazgo del busto de Serapis y lo cita como si fuera la referencia requerida para su nota con lo que genera el error advertido. El propio Engel da a conocer los resultados de sus indagaciones en solitario también en un segundo artículo, que García y Bellido no cita, y al que se ha hecho anteriormente referencia, su «Rapport». En él Engel sí habla del hallazgo, aunque por desgracia tampoco es mucho más explícito; tras ofrecer una breve «biblioteca introductoria» a la arqueología española y un repaso por los coleccionistas del momento, en la p. 147 dice: «À la peña de la Sal, l’ancienne Arva, un peu en amont d’Alcolea, je travaillai pendant six semaines, seul ou en société avec MM. Bonsor et Clarke. On découvrit deux bains romains; deux têtes de marbre d’un certain mérite, l’une fgure ci-contre, l’autre laissée aux mains du propiétaire du terrain, D. Teodomiro Recuero; une statuette de 0m, 80; une nécropole compose de caveaux en brique de dimensions variables…» Ni la más mínima alusión a la identidad de las figuras. Por su parte, Bonsor se refiere así a aquellos hallazgos: «Later, M. Engel, having continued the excavations at El Castillejo alone, discovered, among the numerous fragments accumulated in a well, a small bust of Jupiter-Serapis, a piece of a head with wavy hair, recalling the coi?ure of the Emperor Othon, and a small caryatid with a short tunic and legs crossed like the barbarian or Phrygian prisoners of the funerary monuments», Bonsor, 1931, p. 30. Es evidente que Engel no fue muy claro y mezcló a los otros arqueólogos en los hallazgos, pero Bonsor quiso dejar clara constancia de que él no participó en el descubrimiento de una cabeza de mármol de Serapis y otras piezas (de las que GyB, 1956, p. 64 dice que según Engel fueron regalados al Museo del Ateneo y Sociedad de Excursiones de Sevilla, pero) que estaban ya en 1931 desaparecidas.