Ln. 1 La onomástica del dedicante presenta algunos problemas al no aparecer su gentilicio. Koch ofrece como solución que correspondiera al del de su dueño, pues Hermes sería un liberto de alguien que debería estar mencionado en la laguna del texto, y propone a modo de ejemplo [Flaui]. Para Díaz Ariño podría ser un caso de estructura onomástica libertina del tipo: praenomen-cognomen-nomen y praenomen del patronus-l(ibertus), semejante a otras de tipo servil bien atestiguadas en la epigrafía republicana hispana, pero no resulta acorde con el reducido tamaño de la laguna del texto, por lo que sugiere como segunda opción reconstruir una forma del tipo Hermes[ius?], que no está atestiguada como nomen, o considerarlo un ejemplo prematuro de omisión de nomen. Sugiere Pena que Hermes sea un nombre vinculado al ciclo divino de Isis, pues se identifica tanto con el dios de la sabiduría, padre de Isis, Thot (Plut. de Is. et Os. 352A), como con Anubis, asimilación de la que surge el híbrido Hermanubis; sin embargo, es tan frecuente como nombre de esclavo que no me atrevería a hacer una conexión de esa naturaleza y menos si tenemos en cuenta que el cambio de nombre como consecuencia de la expresión de nuevas creencias religiosas parece un fenómeno posterior en el ámbito mistérico (1). Serapi e Isi son dativos de tema en –i, menos frecuente en época imperial que los de tema en dental: Sarapidi, Isidi; sin embargo, como indica Pena es la forma normal en Heródoto. En la inscripción de Emporiae también aparece la forma Sarapidi. En consecuencia, no puede considerarse que su uso sea una anomalía o una incorrección. Ln. 2 El desarrollo de MA genera problemas. Desde Koch se ha aceptado que es el complemento directo de d[onavit], por ser el único sustantivo hallado en el índice del SIRIS que comenzara por esas dos letras (inscripción hallada en Roma: SIRIS, 400 = CIL, VI, 348 = Bricault, RICIS, 501/0136) (2). No obstante, la reconstrucción resulta forzada, pues no es necesario el complemento directo de d(onauit), omitido al estar implícito en el propio objeto dedicado. En ma… cabría esperar un ablativo en concordancia con in suo. Así Pena propone ma[lo], en su enfermedad o in suo ma[gisterio], pero altera el orden habitual de las palabras. Díaz Ariño ha sugerido la restitución ma[ceries], de modo que la inscripción conmemoraría la construcción de un recinto de culto cercado por un muro, maceries, en honor de Isis y Serapis, costeada por T. Hermes en un terreno de su propiedad, según indica la expresión in suo. A ese santuario corresponderían los restos hallados en el Cerro del Molinete. Dadas sus características, es probable que la pieza sirviera como dintel de la citada construcción, si es que lo ofrecido está relacionado con una edificación y no con la salud del oferente, como propone Pena, o con su responsabidad cultual. T. Hermes sería un liberto oriental al servicio de un patrono latino, uno de los muchos ausentes que dejaban en manos de sus hombres de confianza los negocios en Hispania. Ello explicaría por qué el liberto tiene la propiedad de un suelo en la ciudad y la capacidad económica de sufragar los gastos de un edificio o, al menos, propagar el culto de sus divinidades predilectas. Con respecto a la cronología, Uroz cree que por motivos paleográficos puede datarse a finales del siglo II a.C., lo que coincide más con la fecha de erección del santuario, datado arqueológicamente entre finales del siglo II y comienzos del I a.C. Pena parece inclinarse por esa cronología alta. Díez Ariño la fecha por motivos paleográficos y lingüísticos en la primera mitad del siglo I a.C. Las concomitancias cronológicas y contextuales con el santuario de Emporiae son evidentes.