La confección de este catálogo es una tarea de muchos años, cuyas vicisitudes no interesan aquí. Mi objetivo inicial fue estudiar los materiales concernientes a los cultos nilóticos en las provincias romanas de Hispania para actualizar el catálogo de García y Bellido (GyB, ROER) que ha sido hasta la publicación del de Bricault (RICIS) el único instrumento eficaz para los estudiosos.
Las novedades son numerosas, pues los hallazgos arqueológicos han sido abundantes en es te casi medio siglo. Sin embargo, también hay un volumen diferente de objetos porque los criterios de catalogación han sido distintos entre aquella obra y esta.
Mi propósito ha sido ofrecer un trabajo útil para cualquier investigador interesado en la difusión de los elementos culturales egipcios en las provincias extremas del Mediterráneo occidental. Por ello, aunque mi interés radica en los isiaca, es decir, en los materiales relacionados con el culto a las divinidades alejandrinas, he confeccionado un catálogo de aegyptiaca, no siempre con claro valor cultual, pero que han sido considerados en alguna ocasión como testimonios religiosos.
Era imprescindible esta observación inicial, para que se entienda la relación que guarda este catálogo con mis anteriores estudios sobre los testimonios religiosos de los cultos alejandrinos en Hispania. No hay un cambio sustancial de criterio, como se colige de la lectura del siguiente capítulo, sino que he ampliado el corpus documental para lograr mayor consistencia en la atribución del valor religioso de los documentos.
En efecto, a lo largo de estos años he trabajado con objetos que, en ocasiones, proporcionaban una información aparentemente sólida sobre el culto de Isis o de Serapis en la Península y, sin embargo, años después, esos objetos han sido desestimados como testimonio cultual. Si no quedaran incluidos en el corpus documental del modo que fuere, un lector futuro podría pensar que he cometido omisiones. Para evitar confusiones futuras, he preferido incorporar la totalidad de los materiales, independientemente de su carga cultual, acompañados de la crítica correspondiente. Con ello supongo que presto un servicio a quienes en adelante retomen el estudio de estos asuntos.
La realización, pues, de un catálogo así ayuda de forma elocuente en la criba de los auténticos isiaca. Sólo con éstos se puede llevar a cabo el estudio histórico de los cultos egipcios en Hispania.