C207. Tarraconense. Carthago Nova - Cartagena (Murcia). Santuario

Ficha

Nº de inventario

C207

Título

C207. Tarraconense. Carthago Nova - Cartagena (Murcia). Santuario

Descripción de la pieza

Al pie de la ladera suroriental del Cerro del Molinete se descubrió parte de una manzana del siglo I d.C. (denominada como Insula II) ocupada al sureste por un area sacra que puede interpretarse come santuario isiaco, a tenor de la información arqueológica recogida y del registro epigráfico en el entorno. Desde el punto de vista de la planta y su arquitectura, el temenos tenía un períbolo integrado por potentes y elevados muros de sillares de arenisca almohadillados al exterior y un patio central al aire libre presidido por un pequeño templo, detrás del cual se dispuso una cabecera con tres ambientes. El templo era de tipología romana y se alzaba sobre un podio precedido de una escalera de acceso; seguramente era próstilo, tetrástilo y de orden jónico, y constaba de pronaos y cella rectangular. La aedes ocupaba una posición central y ligeramente retranqueada hacia el noroeste en el patio, que estaba delimitado por una triple (o cuádruple en caso de existir un cuarto pórtico al sureste) perístasis con columnas corintias con basas con plinto octogonal. Junto al ángulo oriental del templo había varias cisternas subterráneas e intercomunicadas para almacenar el agua de lluvia captada en las techumbres del templo y los pórticos.
Actualmente, del templo sólo queda parte del podio (en cuyo núcleo de hormigón no había cámara alguna) y del basamento de su escalera frontal, pero no se conserva nada de la estructura superior (1).

Tipo de pieza

Santuario

Dimensiones

Temenos: 19 m de anchura; 35 m de longitud; 665 m2 de superficie

Fecha

Siglo I d.C.

Provincia

Tarraconense

Lugar de hallazgo (nombre latino)

Carthago Nova

Lugar de hallazgo (nombre actual)

Lugar de conservación

Cerro del Molinete. Cartagena.

Discusión

El area sacra de la Insula II en el Cerro del Molinete ofrece diversos datos arqueológicos que, junto al marco cultual de las dedicatorias epigráficas halladas en el entorno, sugieren su interpretación como un santuario isiaco, un iseum o un serapeum, donde pudieron recibir culto indistintamente Isis y su paredro Sarapis, así como tal vez alguno de los synnaoi theoi. La tipología del recinto sacro y ciertos detalles del orden arquitectónico de sus pórticos que caracterizan los santuarios de la gens isiaca, así como un exiguo pero categórico conjunto de evidencias materiales que perfilan un contexto isiaco y, en algún caso, de tradición “egiptizante”. La planta y la arquitectura del templo es propia de los llamados “templos colegiales”, que deriva de una tradición arquitectónica común que remonta a los orígenes egipcios del culto y al propio Serapieion de Alejandría (2). Además, otros aspectos inciden en la interpretación isiaca del conjunto. El área sacra tenía planta rectangular (con tendencia trapezoidal en su cabecera) y estaba orientada de sureste a noroeste. Es cierto que la alineación al sureste es tributaria de la trama urbana del sector occidental de la colonia, pero también es la más frecuente en los santuarios isiacos (3). Las basas áticas con plinto octogonal de las columnas de las perístasis, con óptimos paralelos helenístico-romanos en Asia Menor y Egipto, en particular en Alejandría, inciden en un horizonte “egiptizante”. Se han descubierto dos fragmentos escultóricos que podrían pertenecer a estatuas de culto. El primero pertenece a una estatua femenina evocada según un tipo iconográfico usado en época imperial para representar a Isis y a sacerdotisas isiacas; dado su tamaño superior al natural podría corresponder a una estatua de la diosa con atuendo y atributos caracterizadores, además de ser un argumento para pensarla como el simulacrum de culto. El segundo es una estatuilla, muy deteriorada, con posible evocación de Harpócrates, lo que de confirmarse sugeriría que alguno de los synnaoi theoi pudo recibir culto junto a Isis y Sarapis.
Algunos materiales significativos hallados en contextos secundarios de los siglos IV y V d.C. prueban que, aunque la gramática arquitectónica del templo y sus pórticos es romana, su cultura material y figurativa destilaba un cierto aroma egipcio o ‘egiptizante’. En el marco de las aegyptiaca, un fragmento de vasito de alabastro egipcio sugiere el afán por ligar el santuario y sus moradores a los cultos y tradiciones egipcios primigenios. También un fragmento de disco de lucerna romana con cocodrilo incide en la ambientación ‘egiptizante’ del recinto.

Notas

(1) Una propuesta de reconstrucción teórica podría plantearse aplicando los cánones vitruvianos. Las dimensiones de cella y pronaos podrían derivar de dividir la longitud de la planta del templo en 8 partes, de las cuales 3 corresponderían al atrio que precede a la capilla propiamente dicha (Vitr. 4, 4). El pronaos podría tener unas dimensiones de ca. 6,65 por 2,98 m (unos 19,8 m2) y la cella –incluidos sus muros– de ca. 4,96 m por 6,65 m; si consideramos que el cálculo del grosor de los muros pudo basarse en el referido módulo de 60 cm, el espacio interior mediría ca. 3,76 m de profundidad por 5,55 m de anchura (unos 20,87 m2). Las dimensiones teóricas de la puerta de la cella podrían obtenerse dividiendo la altura del templo en 2,5 partes, de las cuales 2 marcan la altura; después, la altura se divide en 2,5 partes, de las cuales una corresponde al ancho del vano, que estaría enmarcado por jambas debidamente proporcionadas (Vitr. 4, 6); de ser así, la puerta tendría ca. 1,56 m de anchura por 3,42 m de altura. La escalera y el pronaos tenían unas dimensiones similares a las de la cella (Noguera Celdrán, Madrid Balanza, 2019, pp. 52-53).
(2) El modelo pudo estar en el gran Serapieion alejandrino, fundado por Ptolomeo II hacia 278-270 a.C., reestructurado por Ptolomeo III (246-222 a.C.), reconstruido de nuevo a finales del siglo II d.C. y finalmente destruido tras el edicto de Teodosio, que constaba de un patio porticado presidido al norte por el gran templo de Serapis (al que se sumaban los de Isis, Harpócrates, Anubis y los theoi adelphou), con dromoi, iconografías ‘nilóticas’ y pasillos y estancias para los sacerdotes y fieles, bibliotecas y zonas de enseñanza (Bricault, 2013, pp. 525-533, n.º 170).
(3) La alineación al sureste se conectaba con la luz del sol del amanecer que muchas veces iluminaba la estatua de culto del interior de la cella (Wild, 1984, 1837).

Referencias bibliográficas

Wild, 1984, pp. 1739-1851; Bricault, 2013, pp. 525-533; Noguera Celdrán, Madrid Balanza, 2019, pp. 52-53.

Abreviaturas y bibliografía

R. A. Wild, “The Known Isis-Sarapis Sanctuaries of the Roman Period”, ANRW, II. 17.4, Berlin-New York, 1984, pp. 1739-1851
L. Bricault, Les cultes isiaques dans le monde gréco-romain. Documents réunis, traduits et commentés par L. Bricault, Paris, 2013.
J. M. Noguera Celdrán, M. J. Madrid Balanza, “Arqueologia de los espacios sagrados en Carthago Nova: el Santuario Isiaco del Molinete”, en J. M. Noguera Celdrán et al. (eds.), Santuario de Isis y Serapis (Insula II) Molinete/ Cartagena, 2019, pp. 36-95.

Fecha de actualización

29/11/2022