Jaime Alvar (Universidad Carlos III de Madrid)

Se reúnen en este capítulo los documentos que en alguna ocasión han sido considerados como testimonio del culto a Mitra en la Península Ibérica. Aunque no son muchos los materiales aquí reunidos, la colección en mi opinión debería quedar incrementada con todos los objetos incluidos en el catálogo general que no considero mitraicos. Cuando existe una duda razonable he preferido mantener los documentos en el corpus general, independientemente de que mi criterio sea contrario a su consideración como testimonios de culto. Esa inclinación a la incorporación del mayor número de materiales en el catálogo general debería hacer ocioso este capítulo; sin embargo, no quiero omitir la presencia en este corpus de la totalidad de los objetos que aun no siendo propios del culto de Mitra se han asociado erróneamente a él. De este modo pretendo evitar que se puedan descubrir materiales presuntamente mitraicos publicados con anterioridad a este catálogo y que no han sido aquí recogidos. Hecha esta aclaración, los materiales atribuidos al mitraísmo hispano publicados en fechas previas a la de este libro que no se recojan en uno u otro de mis listados pueden ser tenidos como olvidos u omisiones por descuido o ignorancia.

El problema fundamental de los documentos pseudomitraicos deriva del epíteto Invictus. El dios invicto por antonomasia es Mitra, pero el epíteto también se aplica a otros dioses, como Hércules o Serapis, o incluso diosas, como Némesis, de manera que ante la ausencia de teónimo no tenemos la garantía de qué divinidad se oculta tras la formulación epigráfica Deus Invictus / Invictus o de una abreviatura del tipo INV. La pretensión de resolver la ambigüedad puede ser, por otra parte, un problema de los estudiosos modernos ajeno completamente a los requerimientos del devoto que encarga el monumento epigráfico, pues precisamente la ausencia de teónimo puede ser para él un recurso mediante el que incorporar a todas las potencias divinas capaces de sentirse incluidas o enunciadas a través del epíteto. Un recurso mediante el cual se ahorra el costo de una inscripción dedicada a cada una de las divinidades que de forma no totalmente consciente se quieren invocar bajo el epíteto que asegura el triunfo en el objetivo deseado. Pero al mismo tiempo, la capacidad de divinización de las abstracciones que posee la religión romana permite comprender el mecanismo por el cual un epíteto ha podido independizarse y adquirir autonomía cultual. De esta manera, Deus Invictus puede no requerir un teónimo al ser precisamente ése el nombre de la divinidad invocada. En consecuencia, no estamos autorizados a reconocer al dios mistérico Mitra, con sus peculiares santuarios, rituales y organización, tras cada una de las apariciones epigráficas de Deus Invictus. El problema se agrava cuando se asume sin reservas la ecuación de Sol Invicto con Mitra, pues Sol Invicto posee

identidad propia al margen de Mitra, independientemente de que con frecuencia constituya una epíclesis divina. En la mayor parte de los casos resulta imposible discernir la naturaleza de la entidad invocada en los epígrafes sin teónimo. Por ello es imprescindible la discusión en cada uno de los casos, como se ha hecho ya en los testimonios incorporados al catálogo general. La aplicación de un criterio rígido puede conducir a paradojas más insoportables que las producidas por un uso más arbitrario en las decisiones adoptadas. En cualquier caso, los argumentos aducidos en cada caso pueden ser el punto de partida de debates posteriores. Por otra parte, cuando se yuxtaponen en un epígrafe Sol y Luna como teónimos es muy difícil asumir que ese Sol guarde relación con Mitra; sin lugar a dudas en el imaginario de quien hace la ofrenda esa pareja mantiene una relación estructural que compone una unidad de antagónicos, en igualdad de condiciones. En consecuencia, no estamos legitimados para suponer que ese Sol es Mitra, pues a nadie se le ocurriría pensar que esa luna es Isis. Incluso desde la perspectiva interna del mitraísmo podemos pensar que la función de la pareja divina Sol-Luna que con frecuencia aparece en los relieves mitraicos es autónoma en relación con el dios Mitra. Cuando en un icono vemos al Sol a la izquierda y a la Luna a la izquierda, no identificamos a ese Sol con el dios tauróctono. En consecuencia, la mención explícita de Sol y Luna aleja la posibilidad de que Mitra esté oculto bajo el teónimo más genérico.

En cada uno de los casos incorporados a esta lista titulada FC (Fuera de Catálogo) se exponen las razones por las que quedan excluidos del catálogo general. La forma de presentación reproduce a la del catálogo general para facilitar la localización de los documentos. Es decir, se sitúan en primer lugar los falsos mitraicos de Lusitania, después los de la Bética y por último los de la Tarraconense.

Antes de cerrar esta presentación deseo advertir que tampoco se incluyen sistemáticamente en la sección FC las lucernas con motivo solar, pues nada indica que guarden relación con el culto de Mitra. Incorporarlas supondría distorsionar las ya de por sí débiles señales que nos han llegado, al margen de algún caso excepcional, que queda recogido precisamente por una determinada singularidad en el catálogo general, por ejemplo, un hallazgo en o próximo a un mitreo. Sirva lo anteriormente dicho de advertencia para que conste que no ha habido ninguna intención de hacer una recopilación sistemática de lucernas con tema solar.

La numeración de las piezas sigue las siguientes pautas. El primer dígito corresponde a la provincia. El segundo a la localidad, que mantiene el mismo número que en el catálogo general. Cuando la localidad de procedencia de un documento excluido no estaba recogida en el catálogo general, se le ha adjudicado un número a continuación de los establecidos en la provincia correspondiente. De esta manera, si hubiese cambio de criterio o hallazgo de un testimonio mitraico en esa localidad, pasaría al catálogo general con el número previamente adjudicado. El testimonio lleva delante las siglas FC (= Fuera de Catálogo), para evitar posibles confusiones, y los dos dígitos correspondientes al número de ese objeto dentro de la localidad de procedencia.

Por esta decisión en la organización, la numeración no es correlativa, porque el orden de presentación tiene una lógica geográfica dentro de cada provincia.