He tenido un sueño que no era solo un sueño:
El luminoso sol se había extinguido y las estrellas
vagaban a oscuras por el espacio eterno
sin rayos y sin rumbo, y la Tierra helada
oscilaba a ciegas en el cielo sin luna.
Llegó la mañana, y pasó.
Y llegó de nuevo, sin alumbrar el día.
Y olvidaron los hombres sus pasiones
con el miedo a la desolación (...)
Lord Byron, “Darkness”, Diodati, 1816
George Gordon Byron, a quien en el mundo literario –y fuera de él– se conoce como Lord Byron, nació en Londres en 1788, en el seno de lo que hoy lla-maríamos una “familia desestructurada”. Además, tenía un defecto físico en un pie que le supuso burlas en su niñez. Sin duda todo esto influyó en su personalidad y por ello muchos lo consideran como un antecedente de la figura del “poeta maldito”. Byron vivió unos años de gran éxito en su país, pero su vida personal estuvo rodeada de escándalos y rumores e incluso debates insultantes para él en la Cámara de los Lores, que lo llevaron a marcharse de Inglaterra y a pasar esa temporada en la Villa Diodati. Allí siguió escribiendo su Childe Harold, que era una de las obras que más fama le habían dado. Tras su estancia en Suiza viajó por Italia varios años y finalmente pasó a Grecia, para unirse a las fuerzas que luchaban por la independencia de aquel país frente a los otomanos. Allí murió en 1824.