Puede decirse que fue la revista de Derecho militar por excelencia. Fue la continuación del primer Boletín de Justicia Militar, pero ahora con mayor factura doctrinal. Fue autorizada para publicarse por Real orden de Guerra del 14 de noviembre de 1908. Cesó con el golpe militar de 1936.
Su objetivo era muy claro según su prospecto: «Venimos á llenar un vacío dejado por otras publicaciones oficiales. Ni los Diarios de los Ministerios de Guerra y Marina, ni sus Colecciones Legislativas, copian las sentencias del Consejo Supremo de Guerra y Marina, la fuente de más respetable interpretación de las leyes de ambos Ejércitos; ni reproducen las sentencias del Tribunal Supremo de Justicia, que en cuestiones de competencia señala la línea divisoria entre las jurisdicciones ordinaria y especial; ni publican los fundamentos de la Sala de lo Contencioso de aquel alto Cuerpo, cuando falla las contiendas entre la Administración de Guerra ó de Marina y las personas; ni divulgan lo que el Consejo de Estado ó el Tribunal de Cuentas disponen en asuntos concernientes á los regímenes forales que pretendemos representar en la prensa».
Detrás de la revista estuvieron juristas-militares como el abogado y capitán de Caballería Ricardo Ruiz de Benítez de Lugo (1872-1957). Según su prospecto se propuso continuar la labor que había llevado a cabo el Boletín de Justicia Militar y llenar su vacío y el de las demás publicaciones periódicas. Tuvo las secciones tradiciones de doctrina, jurisprudencia, legislación, noticias y bibliografía.
La revista estuvo dirigida «a los integrantes de los cuerpos jurídicos militares y de la Armada», tribunales judiciales ordinarios, así como a interesados. En sus páginas pueden verse los cambios en las concepciones militares respecto a los regímenes políticos (monarquía liberal-parlamentaria, dictadura de Primo de Rivera, Segunda República) y doctrinas sobre el país. En general, es una fuente relevante para la historia militar.