Se trató de la primera revista de una profesión jurídica especializada como los Notarios (aunque en tal momento todavía tenían la denominación de Escribanos y su función estaba relacionada también con la fe pública en procesos judiciales). También fue la primera revista jurídica publicada en Barcelona. Su contenido giró en torno a resolver cuestiones prácticas de los escribanos, aunque se aprecia algún interés por la formalización y profesionalización de las enseñanzas y estatus de los notarios. La cuestión central, planteada en el prospecto, fue «la reforma de notarios y escribanos del reyno; á esa transcendental reforma, á la que se dedicarán con preferencia nuestros humildes esfuerzos». La revista fue expresión de cómo la agrupación de Escribanos empezó a cobrar fuerza, aunque su consolidación tuvo que esperar a la Ley Hipotecaria y sobre todo la Ley del Notariado de 1862.