A fines de 1857 la prensa jurídica, que venía siendo casi acaparada en Madrid, tuvo otro atisbo de descentralización con El Foro Valenciano. Fue un quincenario, vinculado al Colegio de Abogados de Valencia, cuya intención, según el prospecto que presentaba la publicación, fue ser un espacio dedicado a la administración de justicia y su influencia en la sociedad, en aras de una modernización de sus procedimientos y organización. Este propósito, como tantos otros contenidos en prospectos, no fue cumplido con exactitud sino más bien dio lugar a lo que era su subtítulo, otra revista de legislación. Lo más relevante fue que dio tribuna pública a la voz de los juristas valencianos. Esta revista fue un tipo de prensa regional que veremos repetido a lo largo del siglo, sobre todo cuando se trata destacar los «negocios notables» del territorio local, esto es, ser el espacio en prensa para informar sobre casos judiciales tramitados entre un juzgado o tribunal regional y cuyo conocimiento difícilmente (afirmación muy relativa, desde luego) llegaba hasta y desde Madrid, a no ser que se hubiese dirimido ante el Tribunal Supremo. La prensa regional intentó dar así noticia, al estilo del periodismo jurídico, de las causas locales de interés para los abogados.
El Foro Valenciano no tuvo una vida muy larga. Fue una empresa vinculada a personajes locales como Enrique Márquez, Eduardo Atard Llobell o José Marco, y en momento tuvo el apoyo explícito de la Junta de Gobierno del Colegio de Abogados de Valencia, como medio de difusión de sus acuerdos, y siempre, de parte de los redactores «el deseo de que sea un órgano digno de nuestra clase y de las demás que intervienen en la administración de justicia», como se comunicaba a la Junta del Colegio de Abogados de Valencia desde las páginas del segundo número de la revista.