La revista Ariel defendía y propagaba las ideas de José Enrique Rodó, uno de sus redactores. Estaba pensada para la juventud intelectual y, sobre todo, la juventud universitaria de Uruguay y de América, señalando como objetivo convertirse en “campo propicio a todo esfuerzo y a todo ensayo que persigan la realización de la belleza y la conquista de la verdad”, según ponen de manifiesto en el número uno de esta revista. También pretendían la renovación y el mejoramiento de la juventud que abriese los nuevos caminos hacia el porvenir. Sus creadores se califican como idealistas que potenciaban la cultura nacionalista y americana, buscando el cambio hacia la fraternidad continental y un hermanamiento de la juventud de América. De hecho, esta revista es netamente cultural, el primer número es una monografía sobre el literato uruguayo Amado Nervo. El segundo número trataba, entre otras cosas, sobre Benavente, su teatro, y la música de cámara. En julio de 1924, la revista introduce en el sumario temas como “la sociabilidad universitaria y el conflicto en la Facultad de Derecho” reconduciendo su contenido a aspectos más relevantes de la vida estudiantil universitaria.