El primer número se abre con una circular del arzobispo al clero hispalense, justificando el nacimiento del boletín, a ejemplo de otros obispos, para salir al paso de dos problemas en el sistema de impresión y envío singularizados de cada documento: su carestía y la facilidad de su extravío por los destinatarios. Se publicaban disposiciones normativas tanto canónicas como civiles (esto es, de Derecho Eclesiástico del Estado), por ejemplo, respectivamente, el Reglamento de hospitalidad domiciliaria de 19-6-1848 (BEAS año I, n.7, 15-6-1854, pp.229-239) y el Real Decreto de 19-9-1851 sobre tramitación de los expedientes para edificación y reparo de lo templos (BEAS año I, n.5, 15-5-1854, pp.170-173). También se publicaban textos pastorales.
A partir de 1884, el boletín se dividió en: Sección Oficial, Sección de Noticias, Sección Doctrinal, Sección de Anuncios, Sección Necrológica, Suscripciones. La división fue variando a lo largo del tiempo. En 1908 era: Documentos Pontificios, Nunciatura Apostólica, Disposiciones del Excmo. Sr. Arzobispo, Secretaría de Cámara y Gobierno, Sección Canónica y Jurídica, Sección Doctrinal y de Variedades, Sección de Artículos, Sección Bibliográfica, Sección Cronológica. A partir de 1909 y hasta 1934 inclusive, el primer número de cada año incluyó una extensa Estadística General del Arzobispado de Sevilla.
Las secciones en 1950 eran: Sección Oficial Diocesana, Documentos de la Santa Sede, Documentos episcopales, Documentos del Poder Civil, Crónica Diocesana, Crónica General.