Este edificio de estilo neoclásico se sitúa frente a la entrada principal del Museo Nacional en el centro de Copenhague. Su construcción se inició en 1792-1793 y, aunque el arquitecto que lo llevó a cabo no ha sido identificado, el estilo coincide con la escuela de Caspar Friedrich Harsdorff por lo que podría tratarse de uno de sus alumnos.
Su función ha sido la de residencia y de los primeros en ocupar el edificio como vivienda fue Friedrich Munter, profesor de teología en la Universidad de Copenhague. Posteriormente, el comerciante de madera Christian Ludvig Maag compró el edificio y encargó a Michael Gottlieb Bindesboll la renovación del edificio y su ampliación con un piso adicional. La decoración fue encargada a los artistas Georg Christian Hilker, P. C. Skovgaard y Constantin Hansen, los cuales apostaron por un estilo neoclásico en el que ya habían trabajado anteriormente. Por ejemplo, Hilker participó en la decoración del Museo Thosvaldsens donde ya realizó un programa decorativo con influencia pompeyana.
También decoró el vestíbulo de uno de los edificios principales de la Universidad de Copenhague entre los años 40 y 50 del siglo XIX. Tras Maag, fue la condesa Danner quién compró el edificio en 1864 y lo usó como residencia de verano hasta su muerte.
La decoración pompeyana caracteriza el interior del apartamento, espacio en el cual los artistas han plasmado elementos decorativos determinantes. En primer lugar, los muros de la habitación han sido coloreados alternando el tono rojizo propio de Pompeya con el azul, proyectados ambos en grandes paneles. En los paneles rojos aparece una figura central que recuerda a las bailarinas pompeyanas, mientras que en los azules se ha dispuesto la representación de un paisaje, a modo de vedute. En el cuerpo inferior de estos muros se distinguen elementos decorativos pompeyanos los cuales destacan sobre un fondo negro.
Por otro lado, la cubierta presenta decoración pictórica. Sobre un fondo blanco se disponen guirnaldas, elementos florales y elementos figurativos –tanto representaciones humanas como animales-. Utilizaron tonos ocres y dorados y, en cada uno de los lados del espacio que conforma la cubierta, se disponen pequeños paneles rectangulares en color rojo sobre los que se representan figuras femeninas.
También se distingue decoración pompeyana en la antesala. En la parte superior de los muros, se ha dispuesto una cenefa que rodea el espacio. Ésta posee un fondo azul y sobre ella se distingue una guirnalda floral en la que se entremezclan máscaras decorativas.
Los muros presentan también cenefas verticales en las cuales se aprecia una decoración de elementos florales en tonos ocre sobre fondo negro creando un juego de combinación con la pintura de la cubierta.