Se realizó un programa decorativo totalmente neoclásico que presentaba una alegoría sobre España y la Institución Militar en la bóveda de la escalera (Descripción detallada de este programa decorativo en: Carracedo Primo 1993, pp. 29-30) . Las decoraciones pompeyanas se concentran en los dos muros paralelos a la escalera imperial. Sobre un fondo en color ocre, se procede a la división del espacio alternando espacios configurados a modo de hornacinas ciegas y espacios rectangulares en uno de los muros, y hornacinas con vano y espacios rectangulares en el segundo muro.
En el interior de los mismos se dispone la decoración que, en su mayoría, se configura a través de candelabros entrelazados con motivos florales en las hornacinas –excepto aquellas que presentan un vano– y candelabros en el resto.