La decoración de este espacio presenta elementos similares a los que se podían contemplar en las otras salas. Se pretendió otorgar un carácter regio que pudiese corresponder a la función que se le había otorgado y, bajo esta premisa, se utilizaron motivos decorativos llamativos. Muchos de ellos, recubiertos con una pátina dorada que consigue contrastar con los colores vivos escogidos como el rojizo o los azules que se combinan con blanco.
Interesa, sobre todo, los muros de la propia sala que presentan pilastras decorativas adheridas al propio muro, flanqueadas por cenefas con decoración pompeyana –candelabros–. Además, estas cenefas permiten diferenciar el espacio que queda entre cada una de las pilastras.