El edificio de la Universidad fue proyectado por el arquitecto Peder Malling apostando por el nuevo estilo gótico. Sin embargo, en el momento de realizar las decoraciones de algunos espacios del interior, como el caso del vestíbulo, la influencia del descubrimiento de Pompeya así como el desarrollo de las campañas de excavación en el yacimiento, produjeron que se incidiera en un estilo neoclásico. Puede verse reflejada la huella de Pompeya, sobre todo, en las pilastras diseñadas en los muros del espacio así como en la cenefa que recorre el espacio total por debajo de la cubierta. Fue George G. Hilker, pintor decorador, quién se encargó de la ejecución de las pilastras, mientras que Hansen se responsabilizó de los frescos.
Las pilastras presentan decoración pompeyana, sobre un fondo negro se han dispuesto varios elementos florales y geométricos que se entrecruzan entre sí y que acompañan algún elemento figurativo como, por ejemplo, la representación de palomas. También la cenefa de la parte superior del muro presenta decoración pompeyana al aparecer representadas varias ánforas y, también, elementos geométricos sobre fondo negro.
El programa decorativo completo planteaba plasmar la modificación ideológica que estaba experimentando la propia Universidad, alejándose del poder eclesiástico y optando por establecer una conexión entre arte y ciencia.
Es por esta razón que se sitúan las esculturas de Apolo y Atenea a ambos lados de la escalera. Los dos dioses vuelven a ser representados en algunos de los frescos de la pared, en especial Atenea. En primer lugar, aparece en el fresco principal –enfrente de las escaleras– en donde se representó el episodio mitológico en el que Prometeo creó al hombre y la diosa Atenea le infundió la vida. Por otro lado, en los frescos que flanquean el espacio central vuelve a ser la diosa protagonista, a la izquierda se representa su nacimiento y a la derecha su victoria sobre Poseidón en la batalla del Ática.