Liselund destacó por estar definido a través de una línea arquitectónica clasicista. Sin embargo, su interés recae en la decoración pictórica, la cual llegó a asimilarse al mundo “pompeyano” que tan de moda estaba en el país desde, aproximadamente, el año 1780. En la mayoría de las casas de familias acomodadas se escogieron temas pompeyanos en el repertorio decorativo.
En esta sala, el artista muestra una influencia del artista británico Adam al desarrollar la pintura. Aunque Lillie nunca estuvo ni en Italia ni en Gran Bretaña, se ha considerado que comenzó a familiarizarse con este estilo a través de los innumerables ejemplares gráficos que circulaban por Europa en esos años y que se consolidaron como una fuente importante.
La sala conocida como Monkey Room presenta una decoración muy particular al incluir la representación de un mono presidiendo uno de los muros. Es en este muro donde se estableció también la representación de diversas palmetas que dividen el espacio en tres zonas caracterizadas por el color verde las laterales, donde además se han colocado una especie de celosías ficticias que lo cubren en tonos ocres y un espejo en la parte central. Acompañando ese esquema compositivo, los muros que flanquean presentan una decoración organizada a través de colores más pálidos. A modo de cenefa, se han dispuesto varios motivos decorativos que beben del mundo pompeyano, los famosos candelabri en los cuales se intercalan representaciones figurativas con florales y geométricas. Enriqueciendo estos motivos, aparece una especie de medallones ovalados que se sitúan sobre ellos conformados por la representación de una figura en tonos blanquecinos sobre fondo azul.
El conjunto pictórico permite distinguir la intención del artista por conseguir la sensación de unidad pictórica.