El Skandia-Teatern fue uno de los primeros cines de la ciudad, creado con la misión de elevar el estatus de las imágenes en movimiento. Es el más famoso de los interiores de influencia pompeyana en Estocolmo (sólo superado en fama por el Pabellón Haga). Según el diario del arquitecto, Skandia fue un encargo de Svensk Filmindustri (SF) con un requisito explicito: " [Ellos] claramente enfatizaron el deseo del público de un suntuoso esplendor ilusorio como marco alrededor del mundo de fantasía de la película, la necesidad del público de una cálida intimidad". El resultado fue una alegre celebración del nuevo medio para el entretenimiento público y la educación cultural, ofrecido al público de Estocolmo por el arquitecto en colaboración con una generación de jóvenes artistas.

Las referencias pompeyanas dominan el conjunto y también vuelven en diferentes mezclas y adaptaciones en muchos detalles importantes. El auditorio de cine (proyectado originalmente para contener 1000 asientos) simula los teatros al aire libre del Mediterráneo, con un cielo oscuro y estrellado, representado por medio de lámparas esféricas contra un techo pintado oscuro. A los lados de la sala corre un monumental rollo de acanto poblado, realizado en seda y bordados en hilo de plata sobre un fondo rojo pompeyano. El balcón trasero, sostenido por altas y esbeltas columnas, recuerda a las altas aediculae y a los doseles de las pinturas pompeyanas. Fuera de la sala de cine propiamente dicha, en el llamado superior, una serie de puertas conducen a los balcones. Estos también recuerdan los escenarios romanos: una combinación del fantasmagórico registro superior de las pinturas pompeyanas y, quizás, las aberturas de los mausoleos construidos con ladrillos de la Vía Latina y la Vía Appia. Aparentemente, la idea no es solo experimentar el espíritu de las decoraciones antiguas, sino también entrar en su mundo.

Las referencias a Pompeya son aún más precisas fuera de la sala de cine propiamente dicha. En una de las paredes del vestíbulo hay un gran bodegón, muy pompeyano en esencia, sino en iconografía ortodoxa. Desde el vestíbulo, el visitante accede al paseo inferior, formando un circuito a lo largo de tres de los lados exteriores de la sala. La pared trasera del mas corto de los tres corredores esta equipada con cuatro nichos redondeados para bancos en forma de klinai redondeado. Las paredes de estos nichos, decoradas con sillar falso en stucco lustro, parodia el friso de Cupido de la Casa de los Vettii. Tanto en el caso antiguo como en el moderno, las imágenes muestran (en su mayoría) pequeños actores desnudos y regordetes, en los Vetti erotes y psychai, en Skandia niños pequeños humanos (putti sin alas) involucrados en diferentes escenas que representan oficios y juegos frente a un fondo negro. Los adornos vegetales separan las escenas. Mientras que los cupidos de los Vettii se ocupan de la elaboración de vino, orfebrería, prensado, perfumes, etc., sus contrapartes en el Skandia están ocupados actuando o haciendo películas. A algunos se les dan los rasgos de estrellas del cine contemporáneo como Charlie Chaplin, Buster Keaton, Harol Lloyd y Mary Pickford. Segun el conocimiento de la autora, esta escena es el único ejemplo de una apropiación humorística en lenguaje pompeyano. Las escenas mas exitosas en este empeño son las que más se asemejan a las escenas originales. Cuando los cupidos en la Casa de los Vettii sirven vino su contraparte en Skandia esta comodamente sentado en una taberna. Otra serie de escenas obviamente pretende ser un repertorio de diferentes géneros cinematográficos. Un putto triunfador en su vagón y un putto de Napoleón Bonaparte representan las películas históricas.

Finalmente, de particular importancia para captar el mensaje radical general, es una escena que muestra un personaje con gorra de ciclista y un camarógrafo. Ambos se dirigen hacia el mismo lugar, ubicado en el centro de la imagen. Esta escena aparentemente alude a la causa común de los trabajadores industriales y culturales.