San Juan Parangaricutiro
Ciudad moderna
San Juan Parangaricutiro
Provincia/región
Michoacán
País
México
Ciudad antigua
Pompeya
Denominación alternativa
La Pompeya Mexicana
Civilización
Roma
Siglo
XX
Fuente donde se menciona
“‘Política arqueológica’, discurso en la sesión inaugural del XVII Congreso Internacional de
Americanistas, Justo Sierra (8 de septiembre de 1910)
Americanistas, Justo Sierra (8 de septiembre de 1910)
Tipo de fuente
Manuscrito
Enlace de la fuente
Descripción
El Valle de Teotihuacán, ubicado a 42 kms de la Ciudad de México, es una de las zonas arqueológicas más importantes del país. En el sitio a lo largo de su historia se han realizado múltiples excavaciones arqueológicas fundamentales para la historia mexicana. Las primeras se llevaron a cabo como conmemoración del centenario de la independencia de México, en las primeras décadas del siglo XX, durante el porfiriato.
Es en ese momento donde se popularizó la idea de proteger y conservar la denominada "Pompeya mexicana", nombre adoptado por el duque francés de Lubat, mecenas de arte y arqueología, e impulsado por Justo Sierra, secretario de Instrucción Pública y Bellas Artes. Así, en el discurso inaugural del XVII Congreso Internacional de Americanistas, el 8 de septiembre de 1910, Sierra declaró:
“Durante mi permanencia en París, en la época de la última exposición (1900), el duque de Lubat, a quien tanto deben las exploraciones americanas, me sugería insistentemente la idea de descubrir, eran sus palabras, de descubrir a Teotihuacan, sepultado en la tierra, la maleza y la incuria y a consolidar sus monumentos; vendrá así a luz, me decía, una verdadera Pompeya mexicana. Desde mi llegada a México sometí la idea al Presidente de la República, gran venerador de nuestra historia, en cuyos capítulos él es el elemento substancial ya que a su aprobación se debe cuanto allí se ha hecho”. (Sierra, 1948, p. 435).
Ahora bien, cabe preguntarse ¿Por qué denominarla la "verdadera Pompeya mexicana"? Durante todo el siglo XIX existió un estrecho vínculo intelectual entre las naciones latinoamericanas y Europa. En el caso de México, contactos directos continuos como las visitas de intelectuales al país; la formación de mexicanos en prestigiosas escuelas europeas; la toma de nociones de arqueología propuesta desde el descubrimiento de Pompeya y Herculano, para las primeras excavaciones científicas en el país; entre otros, son aspectos claves para la compresión de tal apodo. Esto unido a la idea de destaque que, desde siglos atrás, produce la comparación de diversas culturas con los desarrollos arquitectónicos de la Antigüedad clásica.
Es en ese momento donde se popularizó la idea de proteger y conservar la denominada "Pompeya mexicana", nombre adoptado por el duque francés de Lubat, mecenas de arte y arqueología, e impulsado por Justo Sierra, secretario de Instrucción Pública y Bellas Artes. Así, en el discurso inaugural del XVII Congreso Internacional de Americanistas, el 8 de septiembre de 1910, Sierra declaró:
“Durante mi permanencia en París, en la época de la última exposición (1900), el duque de Lubat, a quien tanto deben las exploraciones americanas, me sugería insistentemente la idea de descubrir, eran sus palabras, de descubrir a Teotihuacan, sepultado en la tierra, la maleza y la incuria y a consolidar sus monumentos; vendrá así a luz, me decía, una verdadera Pompeya mexicana. Desde mi llegada a México sometí la idea al Presidente de la República, gran venerador de nuestra historia, en cuyos capítulos él es el elemento substancial ya que a su aprobación se debe cuanto allí se ha hecho”. (Sierra, 1948, p. 435).
Ahora bien, cabe preguntarse ¿Por qué denominarla la "verdadera Pompeya mexicana"? Durante todo el siglo XIX existió un estrecho vínculo intelectual entre las naciones latinoamericanas y Europa. En el caso de México, contactos directos continuos como las visitas de intelectuales al país; la formación de mexicanos en prestigiosas escuelas europeas; la toma de nociones de arqueología propuesta desde el descubrimiento de Pompeya y Herculano, para las primeras excavaciones científicas en el país; entre otros, son aspectos claves para la compresión de tal apodo. Esto unido a la idea de destaque que, desde siglos atrás, produce la comparación de diversas culturas con los desarrollos arquitectónicos de la Antigüedad clásica.
Bibliografía
IRACHETA CENECORTA, María del Pilar. (2015). En búsqueda de la Pompeya mexicana: Las exploraciones de Leopoldo Batres en Teotihuacán, 1905-1910. Zinacantepec: Gobierno del Estado de México y Universidad Autónoma del Estado de México.