La policía local de Lima investiga una serie de asesinatos de mujeres jóvenes, todas ellas quemadas vivas. Sin embargo, cuando aparece el cadáver de un chofer con una herida provocada por una vieja arma medieval, las autoridades se encuentran aún más desconcertados. Los asesinos resultan ser pacientes psiquiátricos que creen ser los herederos de la inquisición y su objetivo es destruir a todas las brujas, hechiceras y herejes. Su plan se complica cuando secuestran a un grupo de turistas argentinas.