Marisol e Isabel, su madre, viven en Madrid. La más ferviente ilusión de la madre y la hija es ahorrar dinero para adquirir los pasajes del barco que las lleve a Brasil, en donde vive Mariluz, hermana de Marisol, que, al morir el padre, Fernando, hermano de éste, se llevó a América para aliviar la mala situación económica en que quedó la viuda. Los ahorros y la venta de los muebles de la casa no dan más que para adquirir un pasaje. Marisol entrará en el barco como polizón, y después de varias peripecias llegan a Río de Janeiro. Las recibe Mariluz, una copia exacta de su hermana, aunque más mujercita y sofisticada; Sandra, institutriz y amiga de la muchacha, y Copito, una negrita fiel servidora de Mariluz. Marisol, desde el principio, respira un ambiente extraño y decide poner en orden todo aquello. Empieza por hacer que Mariluz rompa sus relaciones con Toni, aprovechando esta desilusión para hacerla su aliada, y con ayuda de Copito descubrir muchas cosas hasta ahora ignoradas. Mariluz descubre que la correspondencia con su madre era interceptada, y Marisol que su tío le enviaba mensualmente un dinero que nunca llegó a su destino. De todo ello se encargaba Sandra, que actuaba en colaboración con Arturo, "fiel" secretario del tío. Al verse descubiertos determinan eliminar a las investigadoras, y con engaño llevan a Mariluz, creyendo que es Marisol, y a Copito, a la cima del Corcovado para despeñarlas. Marisol llega cuando Mailuz se balancea en el espacio, y con gran esfuerzo y la ayuda que le presta la imagen de Cristo, logra salvar a su hermana. Marisol y Mariluz vivirán unidas bajo la cariñosa mirada de Isabel y el tío Femando.