Lilí Steiner, empleada de una firma industrial alemana, acompaña al director general de la Empresa, Stechler, en un viaje de negocios a España, porque su conocimiento del castellano es útil a su jefe. Todas sus compañeras la envidian: lo más probable es que Stechler, casado y con hijos, haga de Lili algo más que su secretaria, con lo que la chica podrá vivir muy bien y tener chalet y coche propios. Pero en Madrid, conoce Lilí a Carlos, locutor de Televisión, que se enamora de ella y le propone casarse. Entre dos fuegos, Lilí no sabe qué camino escoger: Stechler es la seguridad material, sin perspectivas matrimoniales. Carlos le ofrece una vida digna, pero sin posibilidades económicas, y Lilí le hace ver que, sin dinero, o con lo poco que él gana, no podrán casarse en seguida. Carlos, que tiene ya una idea del dilema en que se encuentra la chica, le dice claramente lo que piensa de ella y la deja plantada. Lilí, despechada, opta por acceder a las pretensiones de Stechler pero en el último momento su jefe se da cuenta de que está enamorada de otro y le aconsejan que no cometa tonterías. Varios amigos reconocen con Lilí que su problema, ahora sin ninguno de los dos hombres que la solicitaban, sólo puede resolverlo el dinero, el dinero para casarse con Carlos. Juegan todos a las quinielas del fútbol, y aciertan los catorce resultados. Lilí se lanza a alquilar un piso y amueblarlo, mientras Carlos, asustado de lo que se le viene encima, pero enamorado de la chica, resuelve pedir a su jefe un puesto mejor retribuido. Sin embargo, ocurre que los catorce aciertos los han tenido miles de apostantes y el premio de Lilí y sus amigos son unas pocas pesetas. Mas Lilí, gracias al ascenso de Carlos, podrá casarse con el hombre que ama.