Daniel invita a Van Eyck y Cristina para disfrutar de un tiempo en su yate. Sin embargo, Van Eyck se comporta de forma extraña y Daniel repara en ello. Este descubre que las botellas de oxígeno para buceo que Van Eyck utilizó para sumergirse no son iguales a las que usa para subir a la superficie. Daniel sospecha que Van Eyck esta traficando con algún tipo de mercancía.