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FC3.23.05. Mosaico del cubiculum de la Villa de las Musas.
<p><span lang="EN-US" style="font-size:12.0pt"><span style="font-family:"Times New Roman",serif">Pavimento de mosaico del <i>cubiculum</i> de la Villa de las Musas, en mal estado de conservación. El mosaico se divide en una parte con decoración geométrica, que marca el lugar del lecho, y en otra ocupada en su mayor parte por un amplio emblema con escena figurada. Los restos de esta escena muestran, en primer plano, a un niño desnudo cobijado en una cueva. En segundo término, una figura femenina, desnuda, a la que le falta la cabeza, se inclina hacia el niño con gesto de protección. Con su mano izquierda, valiéndose de un lazo, caza un cisne por su cuello. A ambos lados aparecen dos patos.</span></span></p>
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FC3.23.04. Mosaico de la Villa de las Musas.
<p><span lang="EN-US" style="font-size:12.0pt"><span style="font-family:"Times New Roman",serif">Pavimentos de mosaico del gran salón rectangular con exedra (100 m<sup>2</sup>) de la Villa de las Musas. Tanto el espacio rectangular como la exedra presentan un mosaico con motivos geométricos y un emblema central con una escena figurada. El pavimento de la exedra está situado a un nivel superior. De la escena figurada en el centro de la estancia rectangular se conserva en buen estado la mitad izquierda, mientras que la derecha ha desaparecido en su mayor parte. La escena tiene como fondo un torreón y un paisaje con una palmera y distintos árboles. En la parte izquierda aparece una dama de compañía junto a una matrona-diosa sentada en un trono, ambas con expresión triste. En segundo plano se observa a un varón de pie, ataviado con un gorro. En la parte deteriorada de la representación, se conservan dos piernas desnudas calzadas con <i>caligae</i>, las patas delanteras de un caballo y un perro con la cabeza vuelta hacia atrás. La escena ha sido identificada como la despedida de Adonis camino de la cacería donde hallará la muerte o como la declaración de Fedra a Hipólito. En el medallón central del mosaico de la exedra se observa a un personaje masculino vestido al modo oriental, con túnica manicata corta, <i>anaxyrides</i> y clámide, y tocado con gorro frigio. En su mano izquierda sostiene un <i>pedum</i>. Frente a él aparecen una matrona o diosa, a la que le falta la cabeza, y una dama de compañía. La escena ha sido objeto de interpretaciones dispares: entre otras, el rapto de Helena por Paris, las bodas de Hipodamia y Pélope o las de Atis con la hija del rey de Pesinunte.</span></span></p>
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FC3.23.02-03. Par de altares de la Villa de las Musas.
Par de altares o pedestales de arenisca de grano fino y tonalidades rojizas o grisáceas, procedentes de la Villa de las Musas de Arellano. Han sido catalogados como “aras taurobólicas” por poseer en la cara frontal el motivo inciso de una cabeza de toro mirando de frente.
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FC3.23.01. Villa romana de las Musas de Arellano.
<p class="PoromisinA" style="border:none; margin-left:24px; text-align:justify"><span style="font-size:11pt"><span style="line-height:150%"><span style="tab-stops:35.4pt 70.8pt 106.2pt 141.6pt 177.0pt 212.4pt 247.8pt 283.2pt 318.6pt 354.0pt 389.4pt 424.8pt 442.4pt"><span style="font-family:"Helvetica Neue",serif"><span style="color:black"><span lang="ES-TRAD" style="font-size:12.0pt"><span style="line-height:150%"><span style="font-family:"Times New Roman",serif">La villa romana de Arellano, conocida como la Villa de Las Musas gracias a un magnífico mosaico hallando en ella, comienza a ser explotada, probablemente por colonos itálicos, en el siglo I d.C. y se mantiene en actividad hasta finales del siglo III, cuando es destruida por un incendio. En el siglo IV se procede a su reconstrucción. Entre las estructuras de esta última fase constructiva, la arqueóloga Mª Ángeles Mezquíriz Irujo (2003) ha identificado un espacio rectangular de 377,5 m<sup>2 </sup>(26,2 x 16,5 m), ubicado en la parte oriental de la villa y separado de la <i>pars urbana</i>, como un lugar destinado a la celebración de “los ritos mistéricos del taurobolio”. </span></span></span></span></span></span></span></span></p>
<p class="PoromisinA" style="border:none; margin-left:24px; text-align:justify; text-indent:17.6pt"><span style="font-size:11pt"><span style="line-height:150%"><span style="tab-stops:35.4pt 70.8pt 106.2pt 141.6pt 177.0pt 212.4pt 247.8pt 283.2pt 318.6pt 354.0pt 389.4pt 424.8pt 442.4pt"><span style="font-family:"Helvetica Neue",serif"><span style="color:black"><span lang="ES-TRAD" style="font-size:12.0pt"><span style="line-height:150%"><span style="font-family:"Times New Roman",serif"> Este espacio pose</span></span></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size:12.0pt"><span style="line-height:150%"><span style="font-family:"Times New Roman",serif">ía un deambulatorio porticado en tres de sus lados y estaba abierto a un patio al aire libre. En el centro del patio se situaba una estructura de grandes sillares empotrados en forma de “U”, en cuyos extremos se encontraron <i>in situ</i> dos supuestas aras (bien pueden ser pedestales, pues no presentan la forma propia de los altares) decoradas con dos cabezas de toro toscamente grabadas (FC3.23.02–03). Entre las aras, Mezquíriz Irujo reconoce una bandeja ritual formada por lajas de piedra empotradas en la tierra y, en frente de esta, un podio de grandes sillares para sostener una estatua, que en su opinión representaría a la diosa Cibeles (<i>ibid</i>., p. 161). En esta zona se halló gran cantidad de tierra quemada y ceniza, siendo el espesor de la capa de cenizas mayor en un amplio espacio delante de las aras. Ante este hallazgo, dicha arqueóloga considera probable que d<span style="background:white">espués del ritual del sacrificio del toro o carnero se realizara algún otro rito de auspicios mediante la quema de las vísceras del animal.</span> En la zona porticada, se recuperaron numerosos restos óseos de animales, bucráneos y cornamentas, entre los cuales hay una notable incidencia de bóvidos machos y castrados. Parte de la carne de los animales fue consumida.</span></span></span></span></span></span></span></span></p>