Le Roux y Tranoy proponen leer una M al final de la ln.3 que no es evidente. A partir de ahí desarrollan M(ithrae), algo que Bouza – d’Ors no vieron. Sin embargo, Pereira ve restos de trazos verticales en lo que pudiera ser una cuarta línea, por lo que duda de la restitución de Le Roux y Tranoy, pues no le parece viable que el teónimo estuviera abreviado. No obstante, es obvio que admite la existencia de la M-, no solo porque la mantiene en su edición del epígrafe, sino también porque propone que dicha letra corresponda con la inicial del dedicante. A los reparos de Pereira habría que añadir que sería el único caso de asociación de Sol y Mitra en Hispania, con un único testimonio dudoso en el epígrafe de Pax Iulia (nº 1.03.01), obviamente esta constatación no es excluyente, pero hace pensar que el monumento no es mitraico. La observación de Pereira de que sería la única mención de Mitra en el conventus Lucensis está desfasada, tras el hallazgo del mitreo de Lugo (nº 3.09.01) y del altar con mención del dios (nº 3.09.01.01).