Mélida sugirió que era una cabeza de águila, a partir de lo cual Cacciotti propone que quizá formara parte de una escultura imperial. Cabría la posibilidad de que se tratara de un cuervo, con lo que su participación en el ciclo iconográfico mitraico sería posible, e incluso su integración en el icono central del Gran Mitreo de Mérida. Sin embargo, el carácter aislado del fragmento consevado no permite insistir en ninguna dirección. La escasez de representaciones de águilas en la iconografía mitraica dificulta su inclusión en el mitreo, lo que ahonda en la idea de acumulación dispar de estatuaria religiosa en el Cerro de San Albín.