1852, 29 de marzo. Sobre su fallecimiento existe un apunte necrológico reproducido El Católico (Madrid), 3 de abril, 1852 (p. 3): “el señor don Juan Baquerizo y Peña , canónigo de esta santa iglesia [Sevilla], se levantó el domingo á la hora de costumbre dijo misa en su oratorio privado, dio gracias, y al levantarse, para tomar el desayuno, fué á coger un pañuelo que se le cayó, y al hacer ese movimiento, lo atacó una apoplejía fulminante que á las dos horas le habia arrebatado la vida. Sus numerosos amigos deploran tal desgracia, y el clero, el cabildo y las letras han sufrido un vacío que difícilmente se llenará. Un amigo nuestro que lo era íntimo del difunto, á mas de los muchos datos que posee, está recogiendo otros para escribir su necrologia, que nosotros insertaremos con el mayor placer. Interin esto se verifica diremos que el señor Baquerizo era doctor en sagrada teología y en derecho civil y canónico, licenciado en medicina y filosofía; fué muchos años secretario general de la Universidad literaria y catedrático de filosofía y jurisprudencia: también desempeñó por largo número de años la fiscalía general del arzobispado y después fué nombrado por el Emmo. cardenal Cienfuegos, durante su destierro, gobernador eclesiástico, provisor vicario general, que desempeñó dignamente en las dificilísimas circunstancias en que tuvo tan espinosos cargos. Pocos dias há, habia sido ascendido por S. M. de racionero á canónigo de ésta iglesia metropolitana, y dos antes del fallecimiento tomó la colación Canónica, para disfrutar tan pocas horas la prebenda, según él mismo con repetición había presentido. Fué muy dado á las letras, descollando principalmente en ciencias filosóficas y en la literatura. Su trato cautivaba á los qué gozaron dé su amistad; era ameno sin libertad, festivo sin esceso, piadoso sin gazmoñería, caritativo sin publicidad. Buen gefe de familia, escelente amigo, y eclesiástico irreprensible, habia recibido ya el premio á sus virtudes".