1823, 18 de octubre. Es nombrado por el Claustro de la Universidad de Valladolid Substituto de primero de Derecho romano.

1824. Comisionado por la Junta de Moderantes de las Facultades de Valladolid, presidida por su Rector, para fijar las bases generales del Plan de Academias de Leyes, Cánones/Teología y Oratoria.

1824, 18 de octubre. Es nombrado Substituto de Derecho Patrio.

1825, 18 de octubre. Es nombrado de nuevo Substituto de Derecho Patrio.

1826, 30 de abril. Catedrático por oposición de Historia y elementos del derecho civil, comercial y criminal de España en la Universidad de Valladolid. Toma posesión el 12 de mayo de 1826. Por ausencia de su propietario, Manuel Joaquín Tarancón, asumirá durante dos cursos (sin precisar, pero antes de 1845) las Cátedras de Novísima Recopilación y Partidas y de Derecho político constitucional.

1831, 5 de octubre. Nombrado por el Claustro general de Valladolid Censor Juez del Concurso para la Cátedra de Instituciones Canónicas

1834-35. Tiene como alumno a José Zorrilla, a quien como es sabido no le gustaba mucho estudiar Derecho.

1835, 23 de julio. Por acuerdo del Claustro general de Valladolid es designado junto a Manuel Joaquín Tarancón “para que en comision pasasen á la Corte á asuntos concernientes á esta Universidad”.

1842, 21 de julio. Vicerrector de la Universidad de Valladolid.

1845, 17 de septiembre. Rector interino de Valladolid en ausencia del propietario, Claudio Moyano Samaniego.

1847. En el primer escalafón ocupó el puesto 45 como catedrático de Derecho civil de la Universidad de Valladolid.

1848, 19 de diciembre. Nombramiento ministerial como Decano de la Facultad de Derecho de Valladolid a propuesta del Rector, aunque ya lo era desde 1846 durante las ausencias de Manuel Joaquín Tarancón.

1854, 13 de noviembre. Solicita cuatro meses de licencia para restablecer su salud, aquejada de una “afeccion reumatica articular”, alegando que “en treinta años que lleva de enseñanza no ha solicitado licencia”. El Rector acredita la notoriedad de su enfermedad el 19 de noviembre, añadiendo, sin embargo, “que no asistió ni un solo dia á la Universidad el curso ultimo, y en el anterior muy pocos dias” y que “sigue poco aliviado y sin esperanzas de que pueda desempeñar la Cátedra” en la que, de hecho, le substituye Juan Inocencio Conde. El 14 de diciembre se le concede únicamente mes y medio de licencia.

1857, 20 de abril. El Rector de Valladolid responde al informe solicitado por la Dirección de Instrucción Pública en relación con Cabeza de Vaca: “dicho profesor no desempeña por si la Cátedra, ni ha podido salir de casa desde el año 1853”. Se remite asimismo a comunicaciones anteriores en las que ya proponía su jubilación.

1857, 30 de mayo. A petición de la Dirección de Instrucción Pública se envía certificado médico que, sin embargo, no apuesta por la jubilación, pues aunque habla de la “imposibilidad absoluta de egercer movimientos” constatada durante un periodo, alude a cierta “progresion amparado de un baston y muleta” que mejoraría si siguiera tomando baños en Caldas de Oviedo. Afirma incluso que, tras un nuevo reconocimiento, cabría “resolver la posibilidad de su curacion”.

1857, 8 de junio. La prolongada ausencia del Catedrático sería, según nota de la Dirección de Instrucción Pública, “causa bastante en sí, para promover la jubilacion... por el interes grande que el Estado tiene en que tales puestos se desempeñen por propietarios de ideoneidad probada y de aptitud, á fin de que los jóvenes reciban el mayor beneficio posible en la enseñanza que les garantiza la Nacion... Es indudable que una jubilacion impuesta puede alguna vez tener visos de favor y ser en realidad un castigo, mas ó menos disfrazado, y aun quizá una injusticia; porque de todo hay modos de abusar. Pero ¿habrá de estarse el Gobierno con los brazos cruzados, cuando pasa un año y otro y otro; y el catedrático imposibilitado no solicita su jubilacion, aguardando ya un alivio irrealizable, ó ya completar mas años de servicios, para que sea mayor la pension que le corresponda, y mas grave la carga que haya de pesar sobre el Erario?”

1858, 25 de marzo. Ante la resistencia del Consejo de Instrucción Pública, que se opone una y otra vez a su jubilación por no tener 60 años y por no estar acreditada la incurabilidad de la enfermedad, se encarga la enseñanza a Manuel López Gómez, profesor de Canómico, y se le conceden -o se le imponen- a Cabeza de Vaca siete meses de licencia sin sueldo. El afectado se niega a ello, presentándose “casi arrastrando” y “notablemente sordo” en la Universidad, según informa el Rector, Manuel de la Cuesta, en escritos de 14 y 16 de abril de 1858.

1858, 29 de abril. Real Orden por la que se le jubila “por hallarse suficientemente probada su imposibilidad física en el expediente instruido al efecto”, por mucho que el afectado pareciera aferrarse a “la esperanza que a todo enfermo acompaña hasta el sepulcro de recobrar la salud perdida” (nota de la Dirección de Instrucción pública del 8 de febrero). De esta manera vence la tesis de que “no se cumple con la sagrada obligacion del gobierno de atender a la enseñanza autorizando a un Catedrático para faltar cinco años á clase, ó para que vaya á ella, en vez de enseñar y hacer guardar la disciplina, á servir de juguete y befa á la juventud estudiosa, sí, pero irreflexiva” (nota del Negociado de Instrucción pública del 21 de abril).