El 30 de junio de 1923 fue nombrado, por Real Orden, auxiliar temporal de la Facultad de Derecho de la Universidad Central de Madrid. Tomó posesión del cargo el 9 de julio de 1923. La auxiliaría comprendía las asignaturas de Economía Política, Hacienda Pública y Política Social y Legislación Comparada del Trabajo.

El 23 de noviembre de 1925 fue nombrado por Real Orden (Gaceta del 3 de diciembre), catedrático numerario de Economía Política y Elementos de Hacienda Pública de la Universidad de Murcia. Tomó posesión el 13 de diciembre del mencionado año y cesó el 11 de noviembre de 1928.

Por Real Orden de 29 de septiembre de 1928 (Gaceta del 10 de octubre), fue nombrado, en virtud de concurso de traslación –en el que fue único aspirante-, catedrático numerario de Economía Política y Elementos de Hacienda Pública de la Facultad de Derecho de la Universidad de Zaragoza. Tomó posesión el 13 de noviembre de 1928 y cesó el 27 de febrero de 1930.

Por medio de Real Orden de 15 de enero de 1930, publicada en la Gaceta del 18, fue aprobada la permuta que solicitó con el catedrático Enrique Rodríguez Mata; por la cual Gabriel Franco y López fue nombrado catedrático numerario de Economía y Hacienda de la Facultad de Derecho de la Universidad de Salamanca y Enrique Rodríguez Mata, de igual asignatura en la Universidad de Zaragoza. Tomó posesión el 28 de febrero de 1930 y cesó el 30 de junio de 1936.

Declarado excedente el 22 de febrero de 1936, por haber sido designado Ministro de Hacienda el 19 del mencionado mes y año.

El 22 de junio de 1936, según consta en la Gaceta del 25, fue nombrado, por permuta con el doctor Julio Tejero Nieves, catedrático de Economía Política y Hacienda Pública de la Universidad de Murcia, y a su vez, a Julio Tejero Nieves lo designaron catedrático de la misma asignatura de la Universidad de Salamanca. Tomó posesión el 1 de julio de 1936.

Por Orden de 2 de diciembre de 1937, publicada en la Gaceta de la República el día 4, Wenceslao Roces, subsecretario de Instrucción Pública, determinó que “Al decidir el Gobierno de la República la reanudación de las actividades académicas en las Universidades radicadas en territorio leal, hubo de disponerse, por Orden de 28 de Agosto último (GACETA del 31), la presentación en la Secretaria general de la Universidad de Valencia, antes del día 15 de Septiembre de todos aquellos Profesores universitarios, a quienes la sublevación de los militares facciosos hubiera sorprendido en territorio leal o en el extranjero, con la sola excepción de aquellos que se encontrasen fuera de España cumpliendo alguna misión oficial confiada o autorizada debidamente por este Ministerio”. Sin embargo, “… un grupo de profesores universitarios, manifestando una evidente falta de solidaridad con el pueblo español, que lucha con abnegación en defensa de las libertades nacionales, ha faltado abiertamente al cumplimiento de sus deberes más elementales, desoyendo el llamamiento del Gobierno y permitiendo con su abstención que sus enseñanzas pudieran quedar desatendidas...”. Por lo tanto, el Ministerio de Instrucción Pública dispuso que los profesores universitarios, entre ellos Gabriel Franco y López, quedaban “incursos en las sanciones establecidas en el art. 171 de la vigente Ley de Instrucción Pública, para los casos de abandono de destino…”.

También fue sancionado por el bando franquista, así, el 25 de noviembre de 1939 fue cesado en su encargo de catedrático de la Universidad de Murcia por los funcionarios “nacionales” por abandono de destino. La cátedra fue provista en el auxiliar temporal Miguel Jiménez de Cisneros,

Regresó a España en 1967 y el 10 de octubre del mencionado año solicitó al Ministro de Educación y Ciencia ser repuesto en el cuerpo de catedráticos de universidad, “dando por terminada su excedencia voluntaria, haciendo constar que no pidió la reincorporación anteriormente por impedirlo disposiciones legales, que han quedado sin efecto en virtud de normas que han dejado inoperantes las responsabilidades dimanantes de la guerra civil”. La solicitud fue contestada el 29 de mayo de 1968, informándole que se desestimaba su petición por “considerar que no se encontraba en situación de excedencia voluntaria cuando causó baja en el Cuerpo de Catedráticos de Universidad, como indica en su petición, sino que se encontraba en la que señalaba la ley de 27 de julio de 1918. Y que al no estar previsto en ninguna disposición que los funcionarios declarados incursos en el artículo 171 de la ley de 9 de septiembre de 1857, pudiesen ser incorporados nuevamente al cuerpo en que causaron baja definitiva”. Por lo que la administración se limitó a dictar la resolución de la Dirección General de Enseñanza Universitaria de 17 de octubre de 1967, aparecida en el Boletín Oficial del Ministerio de 16 de noviembre, por la que se jubiló a Franco y López que había cumplido la edad reglamentaria de jubilación el 14 de octubre de 1967, “con los haberes que por clasificación le corresponden…”.