Hablaba francés, inglés, italiano y alemán.

Realizó estudios de postgrado en Alemania y en Italia.

Fue amigo de Felipe Sánchez Román, quien fue para él un maestro y un amigo en España y en América. También conoció a Lorca, Alberti y Bergamín, entre otros.

Era oficial de segunda clase del Cuerpo de Contabilidad del Estado, por oposición, en situación de excedente.

1930. Tras el Pacto de San Sebastián, de 17 de agosto, fue invitado por Sánchez Román a entrar en la política. Realizó una delicada primera misión en Burgos, la que algunos llamaron la Conspiración de Burgos o de Alcalá Zamora, donde sería detenido y encarcelado. Permaneció incomunicado dos meses en la Prisión Provincial de Burgos.

1930. Tras su liberación, en los meses siguientes mantuvo estrecho contacto con Alcalá Zamora, Maura y los demás miembros del Comité Revolucionario. También, entre otros, con Francisco Largo Caballero y con Sánchez Román.

1931, 28 de junio. Invitado a entrar a la política activa, tras instaurarse la II República Española (1931-1939) fue diputado constituyente por Cáceres, por el partido Acción Republicana. En aquellas elecciones obtuvo 41.755 votos. Las actas de su acreditación reflejan algunas quejas mínimas por el recuento: omisión de las votaciones obtenidas por algunos candidatos en determinadas secciones; ligeros errores de nombres y adelanto de la hora de escrutinio en algún pueblo de la provincia. Tomó posesión del escaño el 8 de julio y prestó el juramento el 27 de julio, con 29 años. Se mantuvo como diputado independiente, junto con Felipe Sánchez Román y otros. Participó en todos los proyectos fundamentales que se discutieron durante el Gobierno Provisional, especialmente en el debate sobre el proyecto de Constitución, en el del Estatuto de Cataluña, en el debate del proyecto de Reforma agraria y los arrendamientos rústicos y en diversas cuestiones relacionadas con las obras hidráulicas.

1931. Fue nombrado por Indalecio Prieto director general de Aduanas.

Durante la República, aparte de otros cargos de responsabilidad, fue también consejero de CAMPSA en representación del Estado.

1931. Acabado el Gobierno Provisional y aprobada la Constitución, Indalecio Prieto fue trasladado al Ministerio de Obras Públicas y quiso nombrar a Sacristán director general de Obras Hidráulicas. Bajo su dirección se iniciaron grandes proyectos, como el de la gran presa de Cijara, entre otras grandes obras, en la provincia de Badajoz. Recorrió todas las confederaciones hidráulicas. Se iniciaron ambiciosos programas de obras públicas, entre los que destacaban las obras de regadío.

1932. Como diputado, votó en contra del Estatuto para Cataluña, porque no estaba de acuerdo con la extensión con la que se otorgó la autonomía. Ante las acusaciones de que un alto cargo designado por el Gobierno no podía votar en las Cortes en contra de la mayoría gubernamental, lo habló con Indalecio Prieto y decidió retirarse de la política activa.

1932-1934. En mediados de 1932 fue nombrado secretario general del Consejo Nacional Bancario, cargo que no designaba el Gobierno sino la banca privada. Ahí trabajó hasta 1934, cuando fue destituido por el ministro de Hacienda Marraco.

1933, 9 de octubre. Cesó como diputado.

1934. Durante el Bienio derechista y tras el triunfo del Frente Popular, fue reticente a colaborar con la República, que desde hacía tiempo tomaba derroteros que no le gustaban. Se dedicó entonces a su despacho profesional de abogados. Con Felipe Sánchez Román y otros hizo un detallado plan de lo que debía ser la política de un Gobierno de izquierdas si se volvía a recuperar el poder. Colaboró activamente con Sánchez Román en el Partido por éste fundado: Partido Nacional Republicano, del que pasó a ser secretario general. Se encargó de redactar el programa que debía servir para las próximas elecciones del Frente Popular.

1936. Cuando los comunistas entraron en el Frente Popular, el Partido Nacional Republicano decidió retirarse de él y no se presentó a las elecciones, con lo que Sacristán dejó su escaño de diputado y volvió a su puesto de director del Consejo Nacional Bancario.

1936-1939. Cuando se produjo el Levantamiento militar, se puso a disposición de Negrín, que entonces era el ministro de Hacienda. Éste le encomendó varias delicadas misiones en el extranjero, casi siempre vinculadas a la política monetaria. El Consejo Superior Bancario se convirtió en Comisaría de Banca, por lo cual fue nombrado comisario de Banca y, más adelante, director general del Tesoro. Al final de la guerra el ministro de Hacienda Méndez Aspe le nombró subsecretario de Hacienda.

1939. Al terminar la guerra se exilió a París, donde estuvo unos meses. Allí trabajó en una oficina del Gobierno republicano en el exilio y se dedicó a liquidar cosas de la guerra.

1939, junio. El embajador en México, Narciso Bassols, y la Alianza de Intelectuales al Servicio de la República organizaron una expedición a México para intelectuales exiliados. Partió hacia México y el 10 junio entró en el país por Veracruz, donde se le da estatuto de exiliado político el 30 de junio. Se le concedió asilo político por el término de un año, que le será renovado sucesivamente hasta que obtuvo la nacionalidad mexicana.

1939, junio. Fijó su domicilio a México D.F.: inicialmente se alojaba en la calle Sineloa nº 56 y después, el 26 de octubre de aquel año, cambió su domicilio a la calle Campeche 225, también en México DF. 1936-1939.

1939. Aquel mismo año fue invitado por Negrín para formar parte de un comité para manejar los fondos de la República, pero no le pareció bien la forma de organizar este cometido y rehusó formar parte de aquel comité. Después fue invitado por Indalecio Prieto para colaborar como técnico de JARE. Aceptó y estuvo echando una mano allí durante algunos meses.

1939. Recién llegado a México, fue nombrado asesor de la Comisión Nacional Bancaria.

1939. Sacristán se vinculó pronto a la Universidad Nacional Autónoma de México, de la que se convirtió en profesor de Teoría del Derecho Económico y Teoría Monetaria, donde pudo preparar a muchas generaciones de economistas, impartir conferencias, cursillos y seminarios.

1940. A principios de este año el ministro de Hacienda, licenciado Eduardo Suárez, le encargó que elaborara la ley de Instituciones de Crédito, junto con un grupo de expertos mexicanos. Su sólida experiencia académica y política le permitió ayudar al desarrollo económico del país. Fundó con algunos mexicanos y sin capital español alguno, la Sociedad Mexicana de Crédito Industrial, SOMEX, de la que fue director general y consejero delegado. Fue la primera financiera privada que se estableció en México y llegó a ser la primera financiera del país. En los años siguientes, su fama, por sus grandes aciertos económicos, se extendió por todo México y por fuera de sus fronteras. Sacó adelante muchos proyectos que favorecieron el desarrollo de México. Ayudó a crear empresas como los Altos Hornos de México, Sosa Texcoco, varias empresas automovilísticas, industrias farmacéuticas, pesqueras, etc. Sacristán estuvo trabajando en SOMEX durante casi veinte años.

1947. Fue firmante de un manifiesto lanzado por intelectuales españoles exiliados en América del Sur.

1954. Una devaluación aquel año y la gran elevación de las tasas de interés bancario bajo el presidente Adolfo Ruiz Cortines, cambió las perspectivas económicas de México y surgieron sospechas sobre el funcionamiento de la Sociedad Mexicana de Crédito Industrial.

1956. SOMEX pasó a manos estatales y fue obligado a dejar la Sociedad. Le fueron quitadas sus acciones. Fue sometido a una especie de proceso de marginación política. Decidió dedicarse exclusivamente a sus tareas universitarias y periodísticas. Colaboró, entre otros, con el periódico El Heraldo.

1958-1963. Fue director general del Banco Mexicano. S.A.

1977-1982. Fue presidente del “Centro Interamericano de Documentación y Análisis”.

1979-1983. Fue nombrado director del CIDE (Centro de Investigación y Docencia Económica), del que fue director cuatro años: de 1979 a 1983.

1985. Fue miembro fundador de la Academia Mexicana de Economía Política.

1985. El Gobierno Federal le restituyó sus acciones de SOMEX y fue nombrado profesor emérito por la Universidad Nacional Autónoma de México y por la Universidad de Anáhuac. Fue también invitado por el Gobierno de España a dar una serie de conferencias en las Universidades de Madrid y de Barcelona.