Entre 1923-1927 se amplió y restructuró por completo la Estación de Trenes de Estocolmo. Uno de los últimos espacios tratados, pero una joya de la corona, fue el restaurante de la estación. Se le dio mucho espacio (absorbiendo toda la antigua sala de espera). Sus paredes estaban decoradas con paneles de pared en rojo pompeyano, la mayoría de los cuales mostraban un pinax colocado en el centro sobre una mesa de ofrendas: mensae portátiles cargados con diferentes ofrendas y primeros frutos de la cosecha. Esbeltos candelabros y otros adornos por el estilo enmarcan los diseños. Aunque los detalles de anticuario están bien integrados, sus imágenes no están tomadas de ninguna tradición pompeyana anterior. Entre ellos, los pinakes presentan la forma más familiar. En las paredes de Pompeya, cuadros como estos muestran con frecuencia paisajes arquitectónicos, como villas, puertos, templos, etc. En las imágenes de la estación, la mayoría de las vistas elegidas representan paradas importantes a lo largo de los ferrocarriles suecos, que pueden caracterizarse por su contribución a la modernidad sueca. El espacio y la forma que se le dio al restaurante formaban parte del esquema general del arquitecto al frente de esta gran empresa, Folke Zetterwall.