Se recogen en esta sección los testimonios considerados en algún momento como pertenecientes al ciclo isíaco. Las razones por las que quedan excluidos se especifican en cada caso. Se trata de un catálogo de mínimos, pues se han mantenido en el corpus documental todos los testimonios que resultan dudosos, no sólo desde el punto de vista cultural, como los testimonios de onomástica teófora, las lucernas con tema nilóticos o los mosaicos con representación de divinidades egipcias, sino también los de atribución dudosa, como alguno de los llamados “pies serapeicos” o las piezas perdidas de las que se conservan descripciones que dificultan su correcta catalogación, como la supuesta Isis kourotrophos de Sevilla. Por otra parte, el catálogo corresponde a los aegyptiaca procedentes de las provincias hispanas como consecuencia de su integración en el espacio territorial y político de Roma. En consecuencia, en el presente apartado se enumeran con las iniciales FC (= fuera de catálogo) los documentos que por estudios rigurosos sabemos que no pertenecen a los cultos egipcios, como el ara de Castra Caecilia que durante mucho tiempo se había considerado como el primer testimonio serapeico de Hispania, o aquellos que pudieran engrosar la lista de los isiaca, prerromanos. Como ya he indicado en el capítulo introductorio al catálogo general, no creo que en la época prerromana Isis formara parte del panteón peninsular; los documentos anteriores a la llegada de los romanos con imágenes de dioses egipcios o los letreros de algunos objetos con mención del teónimo no suponen necesariamente un desplazamiento de las creencias vinculadas al ciclo osiríaco. Pero en cualquier caso, mi objetivo es el culto de época romana, por lo que los testimonios anteriores, independientemente de su naturaleza histórico-religiosa, no caben aquí.