Mariner titubeaba en la interpretación, pues pensó que victor podía ser tanto el cognomen, como un especificativo de Petreius: victor alearius, es decir, vencedor a los dados. Aceptada la dificultad de esta lectura, que obligaría a leer –e–, en lugar de –i– en aliarius, a pesar de que la –i– es evidente, es obligado asumir que Peterius debía, lo mucho o poco que tuviera, no al azar del juego de dados, sino a su trabajo con ajos, fuera productor o comerciante, o todo a la vez. Asimismo, Mariner prefirió leer K(autopates) en lugar de K(autes), en lo que fue corregido por Fabre, Mayer y Rodà (1984, p. 130), ya que el uso habitual de la abreviatura de Cautópates es KP. Además, en Mérida (nº 1.01.03.03) hay una dedicatoria a Cautes y, lo que sería aún más significativo, la restitución de CM, como Cautes Mithra en una inscripción de Medina de las Torres (nº 2.01.01), proporcionaría un paralelo muy sólido al caso presente. En consecuencia, la  inscripción de Barcelona (3.02.01) que se recoge más abajo también debe desarrollarse K(auti).

Es difícil determinar si en la ln. 6 hay o no identificación entre Cautes y Mitra. En virtud de la solución adoptada el significado podría ser diferente. Mariner dice que no hay identificación Cautes-Mitra y puede estar en lo cierto, pues hay interpunción entre las dos letras de la ln. 6. En ese caso, las abreviaturas de los teónimos podrían estar aludiendo a los dos dadóforos y a Mitra, de modo que una de las dos K- habría de resolverse como K(autopati). Si, por el contrario, entendemos Cautes-Mitra como unidad, entonces sería más fácil reconocer también a Cautes en la ln. 1. En favor de esa identidad interviene la inscripción de Medina de las Torres en la que el epíteto I(nvictus/i) va pospuesto a Cautes, por lo que es preferible el desarrollo Invicto en lugar de Invictis. No obstante, Sinner - Revilla (2017, p. 265, n. 26) plantean dudas sobre el desarrollo y abren la posibilidad de que tras la K haya una divinidad autóctona.

Como indican Fabre, Mayer y Rodà (IRC I, 1984, p. 131), el gentilicio Petreius es poco frecuente fuera de Mérida y de Badajoz. Es curioso constatar que Valerius Monteius, dedicante de la inscripción de Barcino (3.02.01), lleva el mismo cognomen que el gentilicio de una emeritense, Monteia Saturnina. Para los autores del catálogo de las inscripciones de Cataluña no puede ser una casualidad, por lo que consideran que la onomástica parece indicar una difusión del culto mitraico hacia la Cataluña oriental a partir de un hogar instalado en la capital de la Lusitania. Evidentemente esa opinión deriva de la primacía historiográficamente otorgada a Emerita, pues la cronología que indican para este epígrafe a partir de las conclusiones del uso de deo/deae no es determinante (1); sin embargo, es asimismo posible, como hemos indicado en el análisis histórico del culto de Mitra en Hispania que el itinerario pudo haber sido el inverso. Es decir, los Petreii y los Monteii –si es que existieron esas redes familiares– tal vez no tuvieron el protagonismo que se les ha pretendido otorgar y no fueron agentes “difusores” del mitraísmo peninsular. En contra de la relevancia de nuestro Petreius se manifiesta su cognomen, habitual entre quienes han nacido en condición esclava. No parece muy convincente que un nacido esclavo, al parecer en Emerita o sus proximidades, y dedicado al comercio de ajos haya tenido la capacidad de participar activamente en la implantación del culto de Mitra en un espacio sacro dedicado a otras divinidades al que presumiblemente tenía acceso únicamente por motivos profesionales. En todo caso, resultaría más fácil aceptar que Petreius Victor, mitraico en su lugar de origen, expresara su devoción en el santuario de Can Modolell al que tal vez le había llevado su negocio de ajos, en la hipótesis de que el mitreo estuviera inserto en una villa rústica. Pero esta posibilidad es tan peregrina como cualquiera de las imaginables. Por ejemplo, que Can Modolell fuera un santuario polivalente, en el que cada cual hacía ofrendas a su divinidad favorita. La pequeña historia de Petreius Victor es desconocida y, por ello, vincularla a la narrativa del mitraísmo hispano es especulación entretenida.